Photo Credit: By Darwis Alwan  on Pexels. CC0 License

Es bastante común que los jóvenes estén pasando por los altibajos de la adolescencia y experimentan emociones fuertes, pero para algunos, los descensos pueden ser tan intensos y extremos que piensan de manera repetitiva en quitarse la vida porque no ven la salida. El suicidio es un tema necesario de abordar en la educación emocional y espiritual de los hijos.

Entonces, ¿cómo se puede saber qué hay dentro de un rango normal y cuándo debería preocuparse?

Las investigaciones muestran que hay algunas señales de advertencia de suicidio claves para tener en cuenta y aunque en nuestro blog anterior nos referimos a algunas, es importante reforzar y ampliar el tema. Estas son algunas señales de advertencia que debe tener en cuenta en el caso de tener un ser querido o cercano que se encuentre pasando por una crisis emocional y pueda tomar cartas en el asunto antes que sea demasiado tarde o catastrófico para toda la familia.  Por ejemplo como cambios de comportamiento, pensamientos o sentimientos que pueden proporcionar pistas o señales de alerta acerca del riesgo de suicidio de su joven, familiar o conocido.

Algunas señales de advertencia pueden ser relativamente fáciles de detectar, como cuando un joven habla de la muerte o dice que quiere morir, así mismo, cuando le interesa el tema del dolor y de la muerte o bien tiene actitudes temerarias que no tienden a reforzar el instinto de conservación sino más bien, van encaminadas a una especie de autodestrucción.

Otros signos son más difíciles de detectar, sobre todo ​​si el joven oculta sus sentimientos y emociones ante su familia o amigos o hay mala comunicación familiar, deberá vigilar los cambios en su comportamiento en este caso.

Esté alerta a los cambios dramáticos del comportamiento y al estado de ánimo en un período relativamente corto:

  • Esté atento a los cambios dramáticos en el comportamiento
  • Monitorear cambios
  • Hacer preguntas
  • Mirar los hábitos diarios
  • Observar si el joven es depresivo
  • ¿Come bien?
  • Analizar los temas de conversación
  • ¿Cómo son sus habilidades sociales?
  • Cómo es el grupo de amigos que frecuenta
  • Si prefiere la soledad, ¿Se encierra?

Debemos estar alertas ante las señales más evidentes de cambios en el comportamiento del joven, si se aísla, si sufre ansiedad o tiene episodios depresivos; si es medicado por un psiquiatra y no toma sus medicamentos o está en crisis.

Si no sabe qué hacer busque la ayuda de un profesional, también existen grupos de apoyo que pueden dar luces acerca de cómo manejar la situación. Lo mejor es comunicarse y si no lo puede hacer clara y tranquilamente con las personas cercanas, lo mejor es buscar el consejero que le corresponde, un psicólogo o un psiquiatra que pueda acompañarlo y orientarlo en el proceso, tendrá que aprender a manejar como asumir y enfrentar estas situaciones de la mejor manera.