Foto por  djoronimo en Envato

¡Libérate y sal a hacer lo que quieras! ¿Hace cuánto que no sales a caminar por un bosque, junto al mar o a hacer algo que amas desde tu niñez? ¿Hace cuánto no vas con un buen amigo a la panadería y pides lo que quieras comer y no lo que indica una dieta?

Estas cosas parecen simples, y lo son. Sin embargo tienen el gran poder de darte control de tus decisiones y llenarte de satisfacción. La vida, en general, puede realmente ser simple. Lo complejo, verdaderamente, es mantener esa sencillez. Pero como goas cayendo al océano, lo pequeño es lo que nos genera confianza. Cuando naciste, viniste al mundo con la capacidad de lograr lo que quieras, pero al crecer has ido olvidando tu propósito vital, qué te gustaba y qué disfrutas. Muchos creen ser libres, pero por su dependencia con los compromisos del día a día no tienen nunca 10 minutos para reflexionar sobre lo que han vivido, lo que están viviendo y las metas que tienen para el futuro. Hay una gran cantidad de ruido en el mundo impidiéndonos escuchar nuestros corazones, es necesario encontrar el silencio requerido para hacerlo y ponernos en paz con nosotros mismos y establecer los caminos que queremos seguir para ser felices, no los que la cotidianidad y la presión social nos imponen.

Al tener claro lo que queremos, sin olvidar nuestros deberes, las energías nos dirigen hacia eso que buscamos. Requiere inteligencia, sentido de prioridad y flexibilidad, además de resistencia para fluir a través de esas cosas de la vida que nos disgustan. Pero se puede. Con la suficiente actitud e inteligencia, ese esfuerzo parecerá inexistente, pues habremos aprendido a vivir con fluidez.

Encuentra un buen grupo en el que te sientas que perteneces, o junta tú a ese grupo. rodéate de personas cuya compañía disfrutes, que vibren en tu misma frecuencia y que compartan su buena energía. La vida se siente fácil cuando estás rodeado de personas compatibles contigo, con quienes te entiendes bien y a quienes deseas lo mejor siempre.

Establece metas posibles y ve por ellas, Cada viaje de miles de kilómetros empieza con un paso, La idea es empezar por lo pequeño e ir convirtiendo tus pasitos en zancadas y en saltos. Sin importar qué tan pequeños sean tus progresos, enfócate en la alegría de esos logros y en cómo se juntan para formar el logro más grande. ¡La única forma de hacer algo es levantarte e ir por ello, no lo olvides!

Cada meta lograda te traerá la energía para proponerte otra más grande. Por ellos vive sin miedo, paso a paso y sin dejarte presionar por los afanes irreales del mundo.

Nunca olvides, además, que en http://suicidepreventionhouston.org/ estamos para ti.