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Libérate. ¡Sal y haz lo que quieras!

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que saliste a dar un paseo entre los pinos, algo que amabas de niño? ¿Cuánto tiempo ha pasado cuando caminaste con su amigo hasta la panadería y arrojaste una moneda a cara o cruz para decidir qué comprar? Estas pueden parecer cosas muy simples, pero estas cosas simples tienen el poder de juntarse para crear una gran confianza y satisfacción. En sí misma, la vida es bastante simple. Lo que se vuelve un poco complejo es seguir siendo simple.

Mantener la simplicidad. ¿No es así?

Así como las pequeñas gotas de agua hacen que el océano sea poderoso, las pequeñas cosas que disfrutas haciendo tienen la capacidad de convertirte en un almacén de confianza. Cuando Dios te hizo, Él puso un deseo en tu corazón y te otorgó la capacidad de lograrlo. Sin embargo, en el proceso de crecer, tú olvidaste cuál era exactamente tu propósito, qué es lo que te gusta y qué es lo que disfrutas haciendo. Ocurre con muchísimas personas que se sienten con ganas de liberarse pero que están demasiado atadas en sus responsabilidades diarias, por lo que les resulta imposible dedicar incluso 10 minutos a reflexionar sobre sus vidas, su dirección, sus sueños y sus metas. Es nuestro deber limpiar el desorden que nos impide escuchar nuestro corazón. Las conversaciones con tu corazón deben seguir siendo más claras, y la mejor manera de hacerlo es encontrar tiempo para hacer lo que más disfrutas. Y dado que disfrutas haciendo esa actividad, de inmediato significa que tienes todas las aptitudes e inteligencia necesarias para hacer el trabajo sin esfuerzo, aunque no te des cuenta.

Encuentra tu rebaño.

Pájaros de un rebaño de plumas juntos. Debes descubrir personas con las que disfrutas ser y estar. Ciertamente, son las personas de tu misma frecuencia, de modo que el flujo de energía entre usted y ellos es natural. La vida se vuelve fácil cuando estás entre las personas que están más o menos en el mismo plano de pensamiento que tú, así que es más fácil relacionarse con ellas. Parece que te entienden y viceversa, creando así condiciones para conversaciones saludables. Una buena conversación es un ejercicio muy saludable y una necesidad importante de nuestra mente. Todos deseamos que nuestras ideas sean escuchadas y apreciadas, y una buena compañía proporciona una plataforma para lo mismo.
Establecer metas alcanzables e ir por ellas!

El viaje de mil millas comienza con un solo paso. La idea es comenzar con un pequeño paso que luego se puede desarrollar en pasos gigantescos. Aprende a hacer el trabajo a mano en lugar de abrumarte a ti mismo mirando la totalidad de una tarea de mamut. Al igual que el suelo debajo de tu pie, la cima de la montaña también estaría algún día bajo tu paso. ¡La única manera de hacer algo es IR POR ÉL! No importa cuán pequeño sea el progreso, el enfoque debe ser completar una tarea con éxito, aunque sea una tarea pequeña. Una serie de grandes tareas incompletas es un camino seguro a la depresión. Divide una tarea grande en una lista de tareas pequeñas para completar. Y marca en tu lista cada trabajo completado exitosamente.